Nuestro cerebro toma decisiones constantemente, desde las más simples, como adónde mirar o qué pedir en un bar, hasta dilemas morales. Pero elegir sabiamente no es fácil. Para bien o para mal, las emociones tienen un gran impacto en nuestras decisiones. Hoy la neurociencia muestra evidencia de que la tensión que sentimos entre la pasión y la razón, entre la intuición y la deliberación, en realidad se basa en una tensión entre sistemas que compiten en el cerebro.
Dr Facundo Manes